CICLO DA DA DANZA

El día seleccionado por la Unesco para conmemorar a la danza
en todas sus formas (en honor de Jean-Georges Noverre,
creador del ballet moderno), es el día que el Konex también
elige para rendirle homenaje a este arte, dando inicio a Da Da
Danza. En esta segunda edición del ciclo, cuyo ejercicio es
transitar esta disciplina como un gran movimiento diverso y
contemporáneo, seguirán presentándose jóvenes talentos de
la escena.

Nota: Laura Marajofsky.

Da Da Danza abrirá el domingo 29 de abril y se presentará todos los domingos de mayo, tanto en las salas como otros en otros espacios no convencionales del Konex, con la premisa de generar cruces disciplinario-estéticos en los que el público pueda acercarse y experimentar diferentes prácticas.

Integrado por un grupo heterogéneo de bailarines, coreógrafos y otros artistas, el programa, además, contará con una obra invitada de Uruguay, Manada, que se presentó en el FIDAE (Festival Internacional de Ares Escénicas) el año pasado. La obra, de Martín Inthamoussú, intenta responder a la pregunta “¿Cómo construye su masculinidad un hombre y cómo dialoga con los modelos hegemónicos, si es que lo hace?”. Así, se plantea a la danza como espacio para trabajar y desarmar lo que Inthamoussú considera los cánones heteronormativos y machistas que hoy en día rigen en la sociedad uruguaya.

Por su parte, el programa argentino se inicia con Lobo, te amo (una ficción muerta), de Ayelén Clavin y Gastón Exequiel Sánchez, dos nombres que no resultarán nuevos en la danza contemporánea (él viene de bailar en De cómo estar con otros; y ella, en La Wagner). Esta obra retoma la idea del cuento de hadas para reconnotarlo, desarticularlo y encontrar nuevos modos posibles de relato. Luego de contar con el apoyo de Project Arte XXI, un subsidio de Prodanza y, tras haberse presentado en distintos espacios de la ciudad, llega al Konex.

No esperaba encontrarte entre los invitados, de Mariana La Torre, surge de un proceso de creación sobre la falla entrecruzada con algunas imágenes relacionadas con la figura de la celebración y el encuentro. “Delimitamos un terreno y apelamos a su falla, porque el encuentro con otros es inesperado por excelencia. Nos estamos preguntando: “¿Cómo hacer que nuestros cuerpos acostumbrados a organizarse en escena, a ejecutar en función de expectativas pautada puedan permanecer insumisos en el quehacer del encuentro, aun siendo una aparente homogeneidad?”, cuenta su directora.

Josefina Gorostiza, bailarina y coreógrafa que ya viene deslumbrando con obras como Una de vampiros y la actual Coreomanía, llega ahora con Cinco horas, una instalación que va a tener, precisamente, esa duración. Gorostiza continúa aquí profundizando su línea de trabajo y experimentación: la búsqueda de los límites del cuerpo, un ejercicio de resistencia y de danza a todo o nada, la acción, la repetición y la permanencia. ¿Qué transformaciones produce el tiempo en el cuerpo y el cuerpo en el tiempo? Los espectadores podrán ir, venir y permanecer cuantas veces y tiempo quieran, mientras que en escena se presentarán tres bailarines, un baterista y una
poeta. Cabe destacar que los bailarines son la talentosa Carla Di Grazia, la propia Gorostiza y Juan Manuel Iglesias. La poetisa Nadia Romina Sandrone; y el músico, Nacho Coppolecchia.

También, habrá lugar para los work in progress en el marco de Da Da Danza, en este caso De seres interpretados, de Martin Gil. Con la consigna de encontrarse por primera vez en Ciudad Cultural Konex, los bailarines María Kuhmichel y Alejo Wilkinson recibirán órdenes de una pieza previamente coreografiada, al tiempo que van descubriendo y habitando el espacio. A partir de estas instrucciones, intentarán interpretar una serie de gestos, acciones y discursos para ser reconstruidos en vivo. Si exitosamente o no, está por verse.

Da Part Y, de Paula Herrera Nóbile, será una performance que se construirá en vivo entre músicos, bailarines y la directora. Liberados y presos de lo que suceda, los cuerpos de los integrantes transcurrirán en diversos estados, bordeando los límites de lo obsceno, lo desagradable, lo impúdico y lo hermoso. Funcionando como un sistema abierto, que ingiere y digiere, acaba articulando movimientos, acciones físicas, sonidos, palabras. El grupo se desempeña como un todo y cada participante, como un intento de cuerpo completo y alineado en la integridad de sus manifestaciones. El cuerpo también deberá (re)accionar en relación con extensiones de sí mismo, tanto instrumentos sonoros y musicales como otros elementos elegidos para cada función (aparatos tecnológicos, frutas, productos textiles, proyecciones visuales analógicas).

La pavada, de Analía Slonimsky, surge de la importancia de poder animarse a hacer el ridículo. Porque un movimiento pavo es un impulso que genera una apertura hacia un rango de movimiento menos regulado. Así, el canal de lo simple abre el campo de acción y lo que brota es la incomodidad de enfrentarse a lo que nos habita. Entre esta predisposición y sin las exigencias de hacer algo importante se
desata el movimiento de la obra.

Finalmente, el ciclo cierra con la experimental Práctica para ensanchar una línea, de Elina Rodríguez. Un proceso de creación que se alza en el marco de un Seminario de Investigación en Danza, coordinado por Rodríguez y parte del plan de Formación de Artistas Contemporáneos para la Escena (FACE-CABA). El proceso de experimentación y práctica se desplegó en tres etapas: recorridos, archivo y escena, esta última es la que se comparte en Da Da Danza. De esta forma, Práctica para ensanchar una línea utiliza el recorrido como estímulo central de la acción performativa y el espacio público (un margen en la ciudad donde se acumula basura y muchas cosas más) como la herramienta de investigación. Un devenir en el que cuerpos, sonido, texto e imágenes generan un ambiente específico, que se define por sus movimientos y constante hibridación, desafiando las lógicas del adentro y el afuera.

Acercarse a disfrutar de la danza, quizás, sea una de las formas de concienciar nuestros propios cuerpos y deseos en un marco urbano que imprime cada vez más inmediatez, productividad y distancia de nuestras realidades orgánicas. Da Da Danza es una invitación a dejar que el juego con el otro, la búsqueda, el ruido, el sinsentido, la catarsis y el movimiento invadan por unas pocas horas nuestras existencias.