Entrevista con La Vela Puerca

Por Ilan Kazez
PH Nacho Sánchez

“En Argentina siempre fuimos extranjeros tratados como hermanos”

El verano pasado, La Vela Puerca debutó en el Patio del CCKonex con dos funciones agotadas. Ahora, por segundo año consecutivo, los uruguayos desembarcan allí para entregar su torbellino de energía. La cita es el 11 de febrero. En esa oportunidad, la banda seguirá presentando las canciones de Destilar, su último trabajo de estudio, y repasará los clásicos de toda su discografía. “Es hermoso hacer música en verano al aire libre. Está muy bueno ese espacio. Si a eso le sumás la calidez del público bonaerense, obviamente, te dan ganas de volver”, subraya el bajista, Nicolás Mandril Lieutier.

En 2019 se cumplieron quince años de A contraluz, un disco que les dio una buena cantidad de canciones que hoy son clásicos. Para ustedes ¿qué lugar ocupa en la historia de La Vela?
A contraluz fue el tercer disco de La Vela Puerca. Para ese entonces, ya éramos una banda con cierto rodaje, teníamos varios años juntos. La banda era conocida en Uruguay, había un contrato con Universal/Surco y una buena relación con Gustavo Santaolalla, dueño de Surco. Por todo esto, el proceso de creación y de grabación de las canciones fue bastante más maduro que en los discos anteriores. El disco está, en nuestra memoria, asociado a la época en que empezamos a venir a Argentina. De bichos y flores, el disco anterior, fue el que nos dio a conocer en Uruguay, tres años antes. El primero, Deskarado, nos había dado un espacio en la escena under uruguaya. A contraluz nos puso en la escena argentina.

Ustedes hicieron un recorrido en Argentina casi como cualquier banda local, pasando de espacios under, como Cemento, a tocar en estadios y festivales. ¿Cómo lo vivieron desde adentro de la banda? ¿Se sienten una banda local o su condición de «extranjeros» sigue presente?
El camino fue igual, que el de una banda local. Acá empezamos de cero, al mismo tiempo que llenábamos en Montevideo el Teatro de Verano, un lugar grande. No nos sirvió de mucho, para el arranque, ser una banda conocida en nuestro país. Igual, vinimos con muchas ganas, no nos bajoneaba que no nos conociera nadie, porque fue todo una aventura. Y bueno, siempre fuimos extranjeros tratados como hermanos.

Por momentos, las fronteras desaparecen, eso es doblemente valorado por nosotros. ¿Cómo, creen, cambió la relación del público argentino con la música uruguaya en general?
Se conoce mucho más lo uruguayo un poco porque las bandas empezamos a venir más, un poco, porque la gente se fue abriendo a escuchar. Cambios en las generaciones, quizás, y también, las redes y la comunicación que ayudan a esos cambios e intercambios. También en Uruguay se sigue lo argentino más de cerca hoy en día. Lo político y lo social, no solo la música. Ojalá estemos más hermanados, a medida que nos vamos conociendo más, porque durante un siglo hubo gente intentando hacer fronteras bien anchas para construir nacionalismos claros.

La Vela siempre tuvo un mensaje combativo y comprometido, ¿cómo están viviendo
los cambios sociales y políticos en Sudamérica?
Con preocupación, obviamente. Pero, aunque nadie puede adivinar el futuro, ni siquiera, qué va a pasar el año entrante, no parece que en este escenario sea posible un retroceso a las épocas oscuras. Cruzando los dedos, claro.