“Luis era mi héroe de la niñez”

Entrevista a Javier Malosetti

Nota: Ilan Kazez

Una vez más, el Patio del Konex se llenará de emoción y música en la nueva edición de Spinetta, El Marcapiel, el encuentro que celebra la vida y la obra de Luis Alberto Spinetta. La fecha elegida es el 23 de enero, día del nacimiento del Flaco. Participarán artistas como Ricardo Mollo, Fabiana Cantilo, Lisandro Aristimuño y Liliana
Herrero, además de los músicos que acompañaron a Spinetta durante su historia, como Machi Rufino, Dhani Ferrón, el Mono Fontana y Javier Malosetti, a cargo de la dirección artística del evento.

La primera edición de Spinetta, El Marcapiel se realizó el 16 de octubre de 2016, en el marco de las actividades por los diez años de Ciudad Cultural Konex (hay que recordar que el Flaco fue quien inauguró el Patio, en febrero
de 2004). La segunda se hizo el año pasado, el 23 de octubre de 2018, como conmemoración del cumpleaños de Luis Alberto.  “El espíritu de todos los músicos que participan es de alegría, emoción y compromiso”, dice Malosetti. “No es un homenaje a Luis. Me gusta más ‘Celebración´ que ´homenaje´. Es la celebración de su obra”, añade.

¿Cuál es tu objetivo en cada edición de El Marcapiel?
Hay dos objetivos: uno es el de ayudar. Luis era una persona muy generosa y nos gusta continuar con su espíritu en ese sentido. Después, se trata de volver a vivir algo. Juntarnos y tocar. Para nosotros es eso y para la gente, creo, también: volver a vivir frente a un escenario algo de Spinetta con artistas que tuvieron que ver con su historia.

¿Qué recuerdos te quedaron de las ediciones pasadas?
Muchos recuerdos, momentos muy altos en el espectáculo. Machi volviendo a tocar Durazno sangrando, o Emilio del Guercio y Rodolfo García tocando canciones de Almendra. También es muy lindo reunir a los artistas, como la vez anterior, que estuvieron Ricardo Mollo y León Gieco cantando la canción 8 de octubre, con la que nos sumamos a
la consigna de los padres de Conduciendo a Conciencia. Acompañamos en esa lucha que Luis batalló con mucha pasión.

¿Cómo definirías la relación que tenías con Spinetta? ¿Era de pares o de maestro-alumno?
Era una relación de amigos elástica, que podía estirarse a maestro-alumno. En cierto momento, me decía algo, y me daba cuenta que tenía que agachar la cabeza y escuchar. Era como si mi padre hablara. En otros momentos, nos estábamos tirando pedos y prendiendo el encendedor como si fuéramos chicos. Éramos pares, no era solo una relación vertical. Pero él era un genio y yo era adolescente, estaba para absorberlo todo y aprender. Como todos los que estábamos ahí, asimilando algo muy tremendo. Por eso, destaco momentos en los que él, quizá, bajaba un poco para mezclarse con sus músicos. Esos momentos en los camarines en los que era todo humor y hospitalidad.

¿Cómo era esa hospitalidad?
Luis siempre fue así, nos cocinaba y preparaba toda la sala para tocar. Y en el medio de eso, era un Capusotto, nos hacía reír con pasos de baile o personajes que adoptaba. Había uno con el que se levantaba los lienzos hasta el cuello, tenía una malla de danza ridícula y hacía unos pasos. Después de esas boludeces, contaba hasta cuatro y empezaba
una de esas canciones que nos terminaban de noquear.

¿Eras consciente de que estabas al lado de un tipo como Spinetta?
Por supuesto que era consciente. Yo tenía 23 años y Luis era mi héroe desde la niñez.