Canticuénticos: La imaginación al poder

Por Leila Sucari

Zambas, chamarritas y huaynos. Colores, diversidad de ritmos, juego y poesía forman parte de la propuesta de los Canticuénticos, el grupo musical santafesino para niños y grandes que está por lanzar su quinto disco y ya es un clásico de la infancia. De esta manera, la banda invita a toda la familia a cantar y bailar al compás de los ritmos latinoamericanos y celebrar las vacaciones de verano al aire libre.

El sábado 15 de febrero, Canticuénticos dará el primer show del año en el patio del Konex, tocará sus hits Cumbia del Monstruo de la Laguna, El Mamboretá, Noni noni, Santo Remedio y Bate con la cucharita. También, presentará un adelanto de su próximo CD y un nuevo libro de la serie Canticuénticos de papel. “Queremos mostrarles a los chicos cuánta riqueza hay en nuestros ritmos folklóricos, porque nos dan identidad, porque hablan como nosotros hablamos, nos divierten y nos emocionan. Son un tesoro que queremos poner a su alcance, para que lo conozcan y lo lleven toda la vida con ellos”, dicen los integrantes del grupo. “Nuestro espectáculo plantea interacciones, por eso todo lo que pasa en los recitales es maravilloso. Siempre nos sorprenden con alguna respuesta inesperada y genial. Fueron les chiques los que nos enseñaron en estos diez años de trayectoria a jugar en el escenario y a disfrutar tanto de la música y la búsqueda”, completan.

Los Canticuénticos fueron declarados de Interés Cultural por el Senado de la Nación por su “trayectoria y valioso aporte al cancionero infantil nacional y latinoamericano”. También, fueron premiados como Mejor espectáculo infantil 2018 por AADET. “Desde que empezamos a darle forma al proyecto tuvimos, como uno de los principales objetivos, tratar de aportar a la construcción de una identidad argentina y latinoamericana. Fuimos recorriendo una enorme diversidad de ritmos y géneros en cada uno de los cuatro discos, siempre desde el respeto y el conocimiento, pero sin cerrarnos en miradas tradicionalistas. Considerando al arte popular como un organismo vivo, en constante evolución, y manteniendo viva la idea de la Patria Grande”, cuentan.

El grupo, que nació en Santa Fe hace más de diez años, está formado por Ruth Hillar, en voz, flauta y acordeón; Daniela Ranallo, en voz; Laura Ibáñez, en voz; Gonzalo Carmel, en bajo y coros; Daniel Bianchi, en guitarra, charango y coros; Nahuel Ramayo, en batería, percusión y coros; y Sebastián Cúneo, en la producción, iluminación, fotografía y video. También, lo integran Cintia Bertolino, en voz invitada y asistencia de puesta en escena; Gastón Mengue, como guitarrista invitado; Darío Zini, en asistencia de escenario, aerófonos, charango y percusión; y Javier Escandell, en sonido. El objetivo de la banda es disparar la creatividad, despertar la sensibilidad, propiciar el juego, y que este acceso sea un derecho para todos. Por eso recorren escuelas y jardines públicos, participan en festivales solidarios y tocan en plazas y pueblos de todo el país.

“Desde las letras y músicas podemos cuestionar cosas que no nos parecen bien pero también resaltar valores que creemos importantes para el desarrollo de niñas y niños. Creemos que las canciones pueden decir cosas muy profundas en clave de infancia, abrir puertas y ventanas a la imaginación. Y pueden ayudar a criar personitas más libres, pero también más responsables y solidarias. Podemos ayudar, desde el arte, a estrechar lazos sociales, sumando a un imaginario colectivo en el que reconocerse y reconocer al prójimo. Tender a una comunidad orgullosa de su propia cultura, capaz de disfrutar y conmoverse con los lenguajes poéticos”, aseguran.

Entrevista con La Vela Puerca

Por Ilan Kazez
PH Nacho Sánchez

“En Argentina siempre fuimos extranjeros tratados como hermanos”

El verano pasado, La Vela Puerca debutó en el Patio del CCKonex con dos funciones agotadas. Ahora, por segundo año consecutivo, los uruguayos desembarcan allí para entregar su torbellino de energía. La cita es el 11 de febrero. En esa oportunidad, la banda seguirá presentando las canciones de Destilar, su último trabajo de estudio, y repasará los clásicos de toda su discografía. “Es hermoso hacer música en verano al aire libre. Está muy bueno ese espacio. Si a eso le sumás la calidez del público bonaerense, obviamente, te dan ganas de volver”, subraya el bajista, Nicolás Mandril Lieutier.

En 2019 se cumplieron quince años de A contraluz, un disco que les dio una buena cantidad de canciones que hoy son clásicos. Para ustedes ¿qué lugar ocupa en la historia de La Vela?
A contraluz fue el tercer disco de La Vela Puerca. Para ese entonces, ya éramos una banda con cierto rodaje, teníamos varios años juntos. La banda era conocida en Uruguay, había un contrato con Universal/Surco y una buena relación con Gustavo Santaolalla, dueño de Surco. Por todo esto, el proceso de creación y de grabación de las canciones fue bastante más maduro que en los discos anteriores. El disco está, en nuestra memoria, asociado a la época en que empezamos a venir a Argentina. De bichos y flores, el disco anterior, fue el que nos dio a conocer en Uruguay, tres años antes. El primero, Deskarado, nos había dado un espacio en la escena under uruguaya. A contraluz nos puso en la escena argentina.

Ustedes hicieron un recorrido en Argentina casi como cualquier banda local, pasando de espacios under, como Cemento, a tocar en estadios y festivales. ¿Cómo lo vivieron desde adentro de la banda? ¿Se sienten una banda local o su condición de «extranjeros» sigue presente?
El camino fue igual, que el de una banda local. Acá empezamos de cero, al mismo tiempo que llenábamos en Montevideo el Teatro de Verano, un lugar grande. No nos sirvió de mucho, para el arranque, ser una banda conocida en nuestro país. Igual, vinimos con muchas ganas, no nos bajoneaba que no nos conociera nadie, porque fue todo una aventura. Y bueno, siempre fuimos extranjeros tratados como hermanos.

Por momentos, las fronteras desaparecen, eso es doblemente valorado por nosotros. ¿Cómo, creen, cambió la relación del público argentino con la música uruguaya en general?
Se conoce mucho más lo uruguayo un poco porque las bandas empezamos a venir más, un poco, porque la gente se fue abriendo a escuchar. Cambios en las generaciones, quizás, y también, las redes y la comunicación que ayudan a esos cambios e intercambios. También en Uruguay se sigue lo argentino más de cerca hoy en día. Lo político y lo social, no solo la música. Ojalá estemos más hermanados, a medida que nos vamos conociendo más, porque durante un siglo hubo gente intentando hacer fronteras bien anchas para construir nacionalismos claros.

La Vela siempre tuvo un mensaje combativo y comprometido, ¿cómo están viviendo
los cambios sociales y políticos en Sudamérica?
Con preocupación, obviamente. Pero, aunque nadie puede adivinar el futuro, ni siquiera, qué va a pasar el año entrante, no parece que en este escenario sea posible un retroceso a las épocas oscuras. Cruzando los dedos, claro.