Entrevista a Hernán Casciari

Por Ilan Kazez

No son actores, pero la química en el escenario es inigualable; principalmente porque los une un lazo de sangre. Este verano, Hernán Casciari vuelve a traer a toda su familia al escenario del CCKonex para Una obra en construcción, el espectáculo en el que el escritor lee sus cuentos con la participación en vivo de los propios protagonistas.

¿Cómo nació la idea de hacer una obra con tu propia familia?
Me vine a vivir a Buenos Aires hace exactamente cuatro años y, para festejarlo, alquilé un teatro y decidí leer mis cuentos, pero con los personajes arriba del escenario. Iba a ser una cosa que duraría dos semanas. De hecho, había contratado el teatro para dos funciones. Esto fue en marzo de 2016. Y el boca en boca hizo que fuéramos por la función ciento y pico. Son ensayos: podemos parar y no es necesario hacerlo bien. Son mis parientes: mi vieja, mi hermana, mi cuñado, tres sobrinos, tres primos, un amigo y cuando viene mi hija de Barcelona, también se sube. Nadie está esperando que lo hagamos bien, pero es muy divertido.

¿Qué es lo que más te interesa de representar relaciones familiares?
Que las familias son una garcha, pero son las nuestras. Me parece que todo el tiempo queda en claro eso. Hemos hecho este espectáculo en mil lugares y siempre termina viniendo la familia entera porque lo que ocurre es que atraviesa generaciones y edades. Madres, hijos, padres, sobrinos. Está bueno que arriba y abajo del escenario haya familias de verdad. Funciona siempre, la gente se emociona, se representa y se identifica.

Para algunos, la familia es una institución conflictiva…
Para mí, también.

¿Cómo te enfrentás al conflicto teniendo que laburar con ellos?
Nosotros hacemos la obra para divertirnos. Nuestra diversión está en los camarines, cuando vamos llegando, en la cena o en los micros de gira. Además, elegimos ciudades que tengan casino, porque todos somos muy ludópatas. Cada cual tiene su laburo, no lo hacemos por una cuestión de guita, hacemos esto porque es la única manera de estar todos juntos. De hecho, con mi vieja hemos dejado de reunirnos en su casa para comer. Nos reunimos en los camarines, es mucho más divertido, porque tenemos cosas de qué hablar. Veo que muchas veces en las familias no tienen muchos temas de conversación y, entonces, terminan peleándose por la política o hablando de una prima que no está, que quedó embarazada y que se cogió a este. Siempre es chusmerío o pelea. En cambio, nosotros hablamos de cuándo tiene que entrar el chelo o en qué parlamento entran las luces. Es mucho más divertido.

¿Quién de tus familiares te sorprendió más arriba del escenario?
Mi vieja me sorprendió desde el principio, porque es tremendamente profesional. Nunca falló. En otra vida debió haber sido actriz o quizá quiso ser actriz y los mandatos de la época no se lo permitieron. Pero es buenísima. Todos cumplen su rol a la perfección, pero a mí, siempre me sorprende mi vieja, porque es una actriz nata.

Entrevista a Federico Cyrulnik

Por Ilan Kazez

Hay quienes eligen quedarse estancados en el pasado, convencidos de que el tiempo es un monstruo que arruina todo. Federico Cyrulnik parte de una idea totalmente opuesta. El humorista llega de nuevo al Konex para presentar Flashback, su tercer unipersonal, en el que invita a todos a realizar un viaje en el tiempo por las décadas de los 80 y 90 a través del stand up, la música y la improvisación. 

A veces, cuando uno habla del pasado, surgen sentimientos de nostalgia o melancolía por los tiempos que ya no volverán. ¿Cómo lo trabajás desde la comedia?
Poniendo el foco en que todo tiempo fue peor. Eso de que todo tiempo pasado fue mejor, no es verdad. Ahí es donde está el show. La verdad es que los dibujos que veíamos no estaban buenos. Las películas, tampoco. Les tengo mucho cariño, pero no estaban bien hechas. Hablo de eso: de cómo, cuando era chico, me pasaba que me costaba que me compraron algunas cosas, porque eran difíciles de conseguir; o que después de haber visto Karate Kid pensé que si Daniel San actuaba, yo podría ser Al Pacino y, por eso, empecé a estudiar teatro. Paso por un montón de lados: hasta cuento sobre un gato que me habían regalado cuando era chico. Al final del show hay un momento en el que podemos recordar el pasado de una forma linda y no nostálgica. Es una forma de descubrir el viajar en el tiempo.

¿Cómo le explicarías a un centennial lo que fueron los 80?
Lo primero que le diría es: vos no tenés ni idea de lo que era ir a bailar, que te gustara una persona y tener que llevarte el teléfono de la casa en la memoria porque no tenías dónde anotarlo. Ibas a tu casa repitiendo “782-9292”, le decías a un amigo “Por favor, vos acordate de ´782´” y a otro que recordara el “9292”. Ahora, te gusta y ya tenés todo en el teléfono, la foto, lo que le gusta, dónde vive, quién es la familia. Antes, llamabas por teléfono a la casa y te atendía el padre. ¿Por qué tenía que hablar con este patovica de la familia si quería hablar con ella?

El show que vas a dar en el CCKonex, es en enero, pleno verano. El verano suele ser una fuente muy grande de recuerdos. Tenés las vacaciones, los viajes, los amores. ¿Cómo vivías tus veranos cuando eras chico?
Yo soy de Mar del Plata y a los 5 años nos fuimos a vivir a Capital, pero como mis viejos todavía tenían un negocio, nos íbamos todos los veranos a Mar del Plata. Así que hasta los 13 años, fueron todos los veranos ahí. Me la pasé levantándome temprano a la mañana, abriendo la persiana y soñando con que el día estuviera lindo, porque si estaba feo te cagaba todo. Era muy común que en Mar del Plata hubiera días feos, que lloviera, que se nublara, era medio random. Yo levantaba la cortina con la esperanza de no clavarme en el departamento. Esos eran mis veranos: muchos amigos, mucha playa, mucho Punta Mogotes, mucho ir a bailar a la calle Colón, mucho Sobremonte. Teníamos unos amigos tarjeteros que nos hacían entrar gratis porque éramos unos boludos a los que nos ponían a laburar volanteando en la peatonal. Buenas preadolescencia y adolescencia.

Entrevista a Chango Spasiuk

Por Ilan Kazez

El Chango Spasiuk está de festejo. En 2019 conmemoró su treinta aniversario de carrera, a partir de aquel 1989 en el que publicó su primer disco y debutó en el escenario del festival de Cosquín. En ese marco, brindó un concierto en un teatro a sala llena con momentos íntimos y emotivos. Pero ahora, el acordeonista quiere celebrar con más fuerza: el 25 de enero dará el primer recital de 2020, en el Patio del CCKonex, con un show que promete ser una verdadera fiesta de polcas, chotis y chamamé.

“Va a ser un concierto con mucha potencia, mucha fiesta y mucho poder. Estará enfocado en una parte de mi repertorio que está muy relacionada con la celebración. El contexto del Patio y del verano invita a la danza. Y es un lugar en el que también quiero conectarme con mi pasado, cuando recién arrancaba y tocaba en los bailes”, adelanta el músico misionero.

Con las celebraciones por tus treinta años de carrera, ¿considerás que estás en una etapa de balance?
No sé si es una época de balances, sino una fecha para poner sobre la mesa y decir: “Wow, cuántas cosas hicimos, gracias por acompañarme”. Pero todavía hay más por hacer, más caminos, más proyectos, más ideas. Es, simplemente, fortalecer un vínculo con toda la gente y el espacio en el cual uno desarrolla sus ideas. Pero no estoy en el descanso del guerrero, ni cerca. Quiero seguir abriendo puertas y lo hago con el background de treinta años, con el peso y el contenido desarrollado durante todos estos años.

Un aspecto destacado de tu carrera es la apertura a artistas de géneros diversos, ¿qué es lo que te lleva a eso?
A veces es bastante sano correrte de tu lugar de confort y tratar de conectarte con otras personas, con otros artistas, con otras estéticas, con otros proyectos. Es un ejercicio que te mantiene permeable y atento. No porque uno quiera ir en busca de un otro para tomar algo y traerlo a tu mundo, sino simplemente, porque correrte de tu lugar de confort te impulsa a plantearte nuevos desafíos. Es un ejercicio que a mí me ha hecho muy bien. Hacer alianzas o intercambios con otros artistas es una manera de ver hasta dónde tenés una capacidad de crear lazos comunicantes y puntos de contacto con algo que pareciera que no lo tiene.

Durante las celebraciones por los treinta años volviste a tocar tu primer acordeón, ¿cómo fue ese hallazgo?
El primer acordeón fue el que mi padre me regaló hace cuarenta y un años. Después, lo vendí para comprar otro, y quedó en el camino. Nadie iba a pensar que cuarenta años después ese acordeón iba a tener un valor extra, pero hace quince años, unos amigos de Apóstoles (N. de la R.: ciudad donde nació Spasiuk) lo buscaron, lo encontraron y me lo regalaron para mi cumpleaños, en un estado bastante deteriorado. Encontré un luthier para que lo reconstruyera y lo hiciera sonar otra vez, pero cuando ya estuvo arreglado, no lo usé para tocar en vivo. Lo tenía en mi casa y solo lo tocaba ahí. Me pareció bueno abrir esos conciertos de celebración de treinta años con ese primer acordeón. En el Patio del Konex, va a estar. Lo voy a incorporar, no sé si en todos los conciertos, pero sí, en algunos. No quiero tocar con él la música de ahora, sino la música de cuando era niño. Es muy bello. Emocionalmente, tiene mucha intensidad. Lo celebro, lo disfruto y le agradezco a la vida que haya vuelto a mis manos, porque me conecta con mi padre y mi infancia.

Spinetta, El Marcapiel

Por Ilan Kazez

Podría decirse que es el cumpleaños más concurrido de la música argentina. Más que un homenaje, una celebración hecha de canciones eternas. Un momento de encuentro de talentos para conmemorar al más talentoso. Una vez más, el 23 de enero, el Patio del Konex se llenará de música y emoción con una nueva edición de El Marcapiel, el evento que rinde homenaje a la vida y obra de Luis Alberto Spinetta de la mano de un puñado de amigos y artistas. Con la dirección musical de Javier Malosetti, este año estarán arriba del escenario músicos de todas las generaciones como Fabiana Cantilo, León Gieco, Emilio del Guercio, Rodolfo García, Machi Rufino, Baltasar Comotto, Leo Sujatovich, Los Tipitos, Daniel Colombres, Guillermo Aroon y Juan del Barrio.

El Marcapiel tuvo su primera edición el 16 de octubre de 2016, en el marco de las actividades por los diez años de Ciudad Cultural Konex (vale recordar que el Flaco fue quien inauguró el Patio en febrero de 2004). Aquel encuentro reunió a viejos compañeros de ruta de Spinetta, como Emilio del Guercio, Rodolfo García, Machi Rufino, David Lebón, Dhani Ferrón, Lito Epumer, Rubén Goldín y el Mono Fontana, entre otros. De este modo, el escenario del Patio fue plataforma de momentos de oro como David Lebón cantando Despiértate nena, los ex Almendra haciendo A estos hombres tristes, y Fabiana Cantilo ofreciendo una emotiva versión de Ella también. Sobre el final, todos los músicos entonaron sin micrófonos Quedándote o yéndote y el cierre fue una zapada potente a través de Rutas argentinas.
La segunda edición de El Marcapiel fue el 23 de enero de 2018. A partir de entonces se inauguró la tradición de que todos los cumpleaños del Flaco fueran la excusa para esta celebración. A la nómina de artistas que participaron en aquel primer encuentro de 2016, se sumaron otros, como Ricardo Mollo, que puso guitarra y voz en Despiértate nena y luego hipnotizó a todos con Figurate. Ese día también participó León Gieco, y junto al líder de Divididos, entregó una versión de 8 de octubre, canción dedicada a las víctimas de la tragedia de Ecos, una de las causas que más movilizó al Flaco. Además, Gieco dio una versión en guitarra y armónica de Todas las hojas son del viento.
En el 2019, El Marcapiel fue por más. Esta vez, se sumó Lisandro Aristimuño, el primer artista en participar que no tuvo contacto directo con el Flaco, un gesto que, en cierto modo, simbolizó la fuerza del legado de Spinetta en las nuevas generaciones. El patagónico ofreció su garganta para Fina ropa blanca y Casas marcadas. También tuvo su primera participación Liliana Herrero, que dio, sin dudas, algunos de los momentos más intensos de la noche de la mano de Bagualerita, una canción inédita que Spinetta le cedió para que ella grabara por primera vez, y una encendida versión de La bengala perdida.
Para la edición 2020, El Marcapiel ya quedó establecido como un clásico de los veranos porteños. Pero esta oportunidad tendrá un condimento especial: la fecha marcará nada menos que el cumpleaños número setenta del Flaco. Emoción garantizada.

Feria de Editores

Por: Leila Sucari

En su octava edición, la FED propone ser un lugar de encuentro entre editores independientes, autores y lectores curiosos. Durante los tres días que dura la feria –2, 3 y 4 de agosto–, se podrá recorrer stands, reflexionar sobre literatura, participar de talleres, charlar con escritores, descubrir y deleitarse con propuestas estéticas y contenidos novedosos. Además, con el Pase Cultural, los jóvenes de 16 a 19 años podrán comprar libros con descuentos.

En medio de un mercado editorial en plena crisis, apostar a las publicaciones autónomas, aquellas que no cuentan con el respaldo económico de ninguna institución académica, religiosa ni empresarial, es una manera de defender la esencia del libro y resistir, a través de material original y diseños disruptivos, a la debacle. La selección del catálogo responde a un criterio que busca expresar una mirada particular sobre el mundo y el descubrimiento de nuevas voces por fuera de las modas de las grandes editoriales. “Para mí la FED es el encuentro más importante del año”, dice Ana Ojeda, editora de El 8vo. loco. “Es un momento de encuentro fundamental con amigues editores y escritores. Pero también, de descubrimiento y asombro. Los libros que circulan son de factura impecable, es un privilegio tener la feria en Buenos Aires”, agrega.

Narrativa nacional y extranjera, poesía, ensayos, novelas gráficas, libros infantiles y publicaciones de arte, música y filosofía: en la FED se encuentra todo lo que se busque y, también, más. Habrá 250 sellos editoriales de Argentina, otros países de América del Sur y España.

En los últimos años, las editoriales independientes no dejaron de crecer y de ganar relevancia por la calidad de sus libros, que arriesgan y marcan tendencia entre los circuitos de lectores más exquisitos. En 2017, la FED contó con siete mil visitantes, la cifra del año pasado creció a once mil y este año se espera que sea aun mayor. “La Feria de Editores le da a la edición independiente la relevancia y visibilidad que merece”, dice Marina Yuszczuk, de editorial Rosa Iceberg. ¿Por qué el circuito independiente no para de crecer a pesar de la fuerte crisis de la industria? Porque su propuesta atenta contra los lugares comunes, desafía las leyes del mercado y despierta a los lectores exigentes.

El ambiente de la FED es el de una comunidad con intereses comunes. Lejos está de la vorágine de las grandes ferias internacionales que bloquean las ideas con sus luces frías y sus altos grados de competitividad. “Lo que impacta de la FED es su autenticidad, porque muestra el trabajo profesional, comprometido y complejísimo que realizan los pequeños editores en Argentina. Ese trabajo es el que transforma la escena cultural, quienes visitan la FED lo saben y se acercan porque sienten exactamente eso”, dice Raquel Franco, directora de Pequeño Editor. “Quienes somos expositores, también lo sabemos y nos gusta el efecto de pequeño enjambre que provocamos, da ilusión”, concluye.

La Bomba de Tiempo presenta su primera obra de teatro infantil

Por: Ilan Kazez

Para La Bomba de Tiempo, crear es transformarse. Desde su nacimiento, hace trece años, el grupo de percusión e improvisación consiguió adaptar su propuesta a distintos formatos. Pero ahora, dieron un paso más allá, y por primera vez presentan una obra de teatro para chicos, a la que bautizaron Ritmo.

Dirigida por Malena Solda y protagonizada por los actores Florencia Anca y Enzo Ordeig, junto con ocho músicos del grupo, la obra cuenta el encuentro entre Ritmo y Cosmos. Luego de que el primero se extraviara de La Bomba de Tiempo, le pide a su nuevo compañero que lo ayude a encontrarla. Así, emprenden un viaje en el que se cruzarán con algunos personajes de La Bomba que irán guiándolos por el camino de esta aventura.
La obra nació como una especie de deuda que tenía La Bomba de Tiempo con el público infantil. «Hace unos años que veníamos sintiendo la necesidad de una renovación en los shows para niños. También veíamos ciertas limitaciones de lugar, porque el espacio de los lunes es para público de pie y a veces muchos chicos se quedaban sin ver o bien los padres los tenían colgados”, explica Luciano Larocca, miembro de La Bomba e impulsor de la idea.
“A partir de que los menores de edad no pudieron entrar a los shows de los lunes, se generó un vacío que tratamos de ocupar haciendo funciones de vacaciones de invierno. Siempre nos quedábamos con la sensación de que, en realidad, lo que teníamos que cambiar era el show, y no el contexto”, agrega.
Frente a este obstáculo, La Bomba no se quedó quieta y usó todo el poder creativo de un equipo encabezado por Malena Solda e integrado por guionistas, músicos, actores, escenógrafos y hasta VJ. El objetivo: crear una obra novedosa. Y la mayor novedad radica en que, precisamente, es un espectáculo que mantiene intacto el espíritu abierto e impredecible de La Bomba. Por este motivo, el público juega un rol clave: “Ritmo es un espectáculo innovador a partir del lugar de participación que se les da a los chicos desde el comienzo del espectáculo hasta el final. Ellos llegarán a una conclusión junto con los personajes en escena y lograrán reconocer, vivenciar y disfrutar del teatro, al mismo tiempo que aprenden nociones musicales”, señala Malena Solda. “Los chicos van a transitar distintos aspectos de la música: el ritmo, el baile, la melodía y el lenguaje de señas típico del trabajo de LBDT”, añade.
“El público es un componente imprescindible de la obra y nosotros queremos lograr algo con todos. A veces sentimos que el público está frío o distante, y buscamos por un lado y por otro que se muevan, que canten, que se apoderen de lo que pasa. En general, esto siempre termina sucediendo, porque es lo que sabemos hacer”, comenta Luciano, y concluye: “El otro día uno de los directores de La Bomba que va a estar en una escena me preguntó: ‘Y si la gente no se engancha, ¿qué hacemos? ¿Toca, igual, La Bomba?’ La respuesta que le di van a saberla cuando vengan a ver Ritmo: ¡imposible no engancharse!”.

Hair: Procesos creativos para los tiempos que corren

Por Laura Marajofsky

Estrenada en mayo, con treinta intérpretes y ocho músicos en vivo, dirigida por Pablo Gorlero y con coreografías de Verónica Pecollo, y con el apoyo artístico del experimentado productor teatral Lino Patalano, la obra Hair, 50 años, se presenta como un doble desafío: una oportunidad para llegar a las nuevas generaciones con un material clásico y, además, una prueba creativa.

A partir de un diálogo constante y de retroalimentación entre realidad y arte, Lino Patalano revela algunas de las implicancias de hacer Hair en un contexto social y cultural como el actual y, también, se refiere al proceso de montar una obra de estas características con un enfoque novel: un casting abierto y sin estrellas que hasta devino en el armado de una cooperativa. ¿Arte y creatividad flexibles y democráticas para los tiempos que corren?

¿Por qué Hair y por qué ahora? ¿Qué, creés, tiene Hair (a más de cincuenta años de su estreno oficial) para decir en este contexto cultural y social de Argentina?

Cuando Pablo Gorlero me contó la idea de poner Hair en escena, me sentí inmediatamente fascinado por la propuesta, y lejos de pensar que la obra hubiese sufrido el paso del tiempo, me di cuenta de que sus planteos de rebelión contra la violencia, el racismo, la homofobia y la desigualdad eran no solo válidas, sino necesarias para estos tiempos que corren, para los que estos cincuenta años parecen no haber pasado.

¿Cómo es que decidieron hacer una convocatoria abierta para el casting en vez de contratar actores profesionales? ¿Esto, acaso, tiene alguna sintonía fina con la idea tan en boga hoy –y promovida también por las redes sociales– de democratizar la participación de la gente y el arte, desmitificando un poco el star system?

No era posible hacer Hair bajo las reglas del star system. Hubiese sido empezar mal. Cuando se hizo en Argentina la primera puesta de Hair, no se buscaron protagonistas de renombre, salieron de castings realizados por hippies reclutados, en su mayoría, en las playas de Villa Gesell –como Fontova– y actores de escaso o ningún cartel. Creo que, para ese entonces, la más conocida era Mirtha Busnelli, una verdadera principiante, lo mismo que Valeria Lynch o el Negro Rada. Actualmente, ya no hay hippies, pero sí hay muchos actores de comedia musical ansiosos de trabajar y sin inconvenientes a la hora de conformar una cooperativa, que era la única manera de poder llevar el proyecto a cabo. Y así se hizo. Se convocó a audiciones, se anotaron más de quinientos, y tras una serie de extenuantes sesiones fueron elegidos estos treinta maravillosos jóvenes que conformaron una auténtica tribu, que es lo que pide la obra. Pero la gran sorpresa fue que también los creativos de primera línea a los que se convocó, aceptaron formar parte de la misma cooperativa sin cobrar por sus trabajos ninguna suma fija. Así, pudimos tener nombres como Renata Schussheim, Gonzalo Córdoba o Gastón Briski colaborando a la par para que la propuesta fuese espectacular.

Los años 70 han sido connotados como tiempos de libertad y creatividad. De la mano de reivindicaciones de género y de otros movimientos contemporáneos, y con una mayor apertura mental en las nuevas generaciones ¿pensás que el espíritu de Hair va a resonar más con el público joven de hoy?

Cuando decidimos hacer Hair, fue pensando, precisamente, en los jóvenes de hoy. Sabíamos que íbamos a contar con el beneplácito de la generación del 70 (me incluyo), pero estábamos seguros de que las problemáticas que los chicos de hoy enfrentan son, como dije al principio, las mismas o peores que aquellas que nos acuciaban a nosotros hace cincuenta años. Creo que, en definitiva, son los destinatarios de esta nueva versión, y de hecho, ya la están disfrutando.

La imaginación puesta al servicio de la creatividad

Por: María Isabel Cingolani

Año a año, Konex para Chicos convoca a toda la familia a acercarse al arte con propuestas innovadoras y de calidad. Desde su primera edición en 2008, “se desarrolla la programación artística con dos premisas fundamentales: tener una agenda diversa que puedan disfrutar grandes y chicos, y formar nuevos espectadores, que los niños salgan de las salas con la curiosidad despierta y con muchas ganas de ir a ver otros espectáculos”, señala Noel Yolis, gerenta de Contenidos y Programación de Ciudad Cultural Konex.

“Las vacaciones son un momento ideal para ejercitar un ocio inteligente: es decir, para aprovechar el tiempo para descansar y aburrirse en casa, y también para planificar experiencias compartidas y enriquecedoras que sean disparadoras del circuito creativo que, muchas veces, los chicos que están expuestos a métodos tradicionales de enseñanza tienen dormido”, sostiene Alejandra Campomar, gestora cultural y escritora del blog –declarado de interés cultural por la Legislatura porteña– buenosairesparachicos.com, un espacio en el que difunde actividades creativas para realizar con los niños.

Las propuestas dinámicas que invitan a participar al público, no solo al infantil, “cumplen un rol muy importante en la percepción que los chicos tienen de sus actividades. Un adulto entretenido acompaña muy distinto de aquel que se siente prisionero de una tarea en la que no está a gusto”, afirma Campomar. Un caso preciso para ejemplificar es el de Les Ivans y la máquina de la creatividad, una propuesta integral que despierta y motiva, ya que combina mágicamente ciencia y arte para que todos los recursos escénicos y expresivos (asombrosas destrezas, divertidas actuaciones clownescas, dinámicas coreografías, canciones originales, música especialmente compuesta y ejecutada en vivo, sorprendentes efectos sonoros y lumínicos, ocurrentes textos y proyecciones interactivas) se utilicen en función de conmover y estimular el “pensamiento original” y la “imaginación constructiva” de los espectadores.

Entendemos por pensamiento original al que nos conduce a crear, idear y proyectar por fuera de los límites convencionales y se potencia con las experiencias vividas en diferentes campos y ámbitos que, integrados, abren un mundo infinito de posibilidades. En tanto, la imaginación constructiva “combina elementos a partir del pensamiento original, y pudiendo visualizar determinada solución de antemano, facilita el camino de investigación, de prueba y error, porque muchas veces, ver la solución es el primer paso hacia el logro”, explica Campomar.

 

El deseo impulsa la creatividad

Materializando estas definiciones, Les Ivans celebra, este 2019, catorce años, y presenta un espectáculo que desafía el pensamiento original y la imaginación constructiva de los participantes. Una obra de teatro, circo, danza y música pensada para niños de entre 3 a 12 años y para todos los integrantes de sus familias con los que ellos decidan compartirlo.

“Por primera vez tenemos director y es, nada más ni nada menos, que Gerardo Hochman, referente del arte y la cultura”, dice Iván Zlachevsky, co-creador de la compañía. Además, Les Ivans y la máquina de la creatividad, cuenta con cinco artistas en escena y con la creación musical de Omar Giammarco. Durante el espectáculo, el pensamiento original y la imaginación constructiva “tienen un punto de unión: la curiosidad como fuerza fundamental del deseo. Ese deseo impulsa a la imaginación y nos lleva a atravesar obstáculos, solucionar problemas o, simplemente, superarnos. Sabemos que no siempre lo que uno desea se obtiene fácilmente, pero creemos que alimentando la curiosidad, sumando muchas horas de esfuerzo y poniendo la mente, el cuerpo y el espíritu al servicio de la creatividad, cualquier deseo puede hacerse realidad”, continúa Zlachevsky.

Al mismo tiempo, la propuesta artística de Les Ivans y la máquina de la creatividad, sobrepasa las expectativas de los espectadores y facilita la participación en forma colectiva. “El espectáculo no podría desarrollarse sin la actividad del público”, sostiene Iván. Así, Sabelotodus e Ignorabus, luego de atravesar una intensa etapa de trabajo y descubrimientos, desarrollan inventos a pedido de la gente durante el encuentro y crean una especie de servicio de “ciencia a la carta” que desafía el ingenio de los espectadores.

Por su parte, Alejandro Castagnolo, influencer conocido en Instagram como Un papá con barba, asegura que todos somos seres creativos aunque, a veces, no encontramos la manera de sacar esa creatividad a la luz. Sin embargo, con la llegada de su primer hijo creó @unpapaconbarba para combatir el miedo de ser padre y nunca imaginó tener tantos miles de seguidores. Desde ese momento, la prueba de cómo poner la imaginación al servicio de la creatividad, para él, quedó superada.

“Mediante la imaginación constructiva, uno toma conceptos y conocimientos de distintas arenas, los asocia, puede visualizarlos y luego materializar soluciones a conflictos nuevos que se nos presenten en la vida”, finaliza Campomar.

Kpop Latinoamérica

Coreografías histrónicas, luces de neón y, sobre todo, mucho ritmo es lo que caracteriza a las competencias de pop coreano. El fenómeno musical que es furor en el mundo hará su despliegue una vez más en la Gran Sala, donde se realizará la final de canto y baile Kpop Latinoamérica. La edición 2019 es la décima que organiza el Centro Cultural Coreano en Argentina y, como dice Cho Moon Haeng, director de dicho lugar, “se trata de uno de los concursos más importantes por su extensión geográfica y cantidad de participantes”. Este año, se espera que lleguen grupos y solistas de distintos puntos de Latinoamérica dispuestos a dejar todo sobre las pistas para convertirse en los nuevos referentes de esta locura moderna que nació en Corea del Sur y no deja de crecer. “Para inscribirse se hace una audición virtual, luego el jurado elige a los finalistas. Participan más de mil chicos y chicas, y puede hacerlo cualquiera que no sea coreano”, cuenta Gabriel Pressello, productor general del concurso.

Hace unos años, el Kpop se hizo popular gracias a PSY, ¿seguro que suena? Es fácil acordarse del hombre de smoking de colores, alpargatas a cuadros y anteojos de sol que bailaba montado a un caballo, en el subte, en el sauna y hasta en un inodoro mientras cantaba Oppa Gangnam Style. El video –que ya tiene más de tres millones de reproducciones– es uno de los más vistos de la historia de YouTube y forma parte de la llamada Ola Coreana. Es, también, imposible mirarlo sin ponerse a bailar frente al espejo. Es que si algo tiene el movimiento Hallyu es un atractivo hipnótico, un imán que seduce con su estética de colores chillones, ropa ajustada y ritmos explosivos. “Las nuevas tecnologías permiten que se amplíen los consumos culturales, hoy el Kpop está al alcance de cualquiera en YouTube”, señala Pressello. “Hay una avidez de los jóvenes por investigar y descubrir cosas nuevas y el pop coreano es de una altísima calidad, renueva la música, por eso resulta tan llamativo”, añade.

“La estética de los videos es lo que más atrae”, afirma Alexia Leivas Reggiardo, una de las precursoras de la movida en el país. “Los idol coreanos tienen un look afeminado, eso es lo cool, y las chicas son barbies asiáticas, pero te dan vuelta la cabeza, porque agarran el micrófono y te rapean como un hombre”, agrega. Desde 2012 la página Hallyu Argentina informa a los fans sobre la vida coreana de este lado del mundo. “La creación de la página fue una propuesta internacional para los países latinoamericanos. Existe también el Hallyu Uruguay, Chile y Colombia, por ejemplo, y todos manejamos la misma información”, explica Alexia. En el perfil, se comparten eventos, recomendaciones para viajar a Seúl y noticias bizarras, como que el grupo Super Junior hizo un cover de Luis Miguel. Es que si algo tiene el Kpop, es que nunca se sabe con qué va a sorprender. El género es una mezcla de diferentes estilos: electrónica, dance pop, hip hop, rock. Todo vale, siempre y cuando esté acompañado de elementos audiovisuales que impacten.

Uno de los grupos más reconocidos es Super Junior. La BBC, del Reino Unido, valoró a sus integrantes como los principales íconos del efecto Hallyu y su cantante fue nominado como mejor actor asiático en los MTV Europe Music Awards. Son considerados los reyes de la onda Hallyu, tienen millones de seguidores e inspiran a los jóvenes a animarse con el género. “La música coreana es muy pegadiza, al escucharla, por más que no entiendas ni una palabra de lo que digan, te van a dar ganas de sacudir el cuerpo”, dice Alexia. “El Kpop es un género que revoluciona, rompe barreras de desigualdad y te hace bailar”, concluye.

Les Ivans y la máquina de la creatividad

Les Ivans Circo presenta una nueva propuesta que, en esta oportunidad promete convertir al Konex en un enorme laboratorio lúdico y experimental para compartir una tarde en familia. Teatro, danza, música en escena y artistas invitados son solo algunas de las sorpresas de esta compañía aclamada por grandes y chicos.

Les Ivans cumplen catorce años de carrera, y lo festejan con el estreno de su nuevo espectáculo, Les Ivans y la máquina de la creatividad. Un show inspirado en las fascinantes ilustraciones de Rube Goldberg, diseños que exhiben complejos mecanismos de causas y efectos, de acción y reacción aplicando conceptos de la física mecánica con desenlaces prácticos. Un nuevo formato que pone en la escena del Konex a cinco brillantes artistas y que combina mágicamente la ciencia y el arte, para que todos los recursos escénicos y expresivos estén en la función de conmover y estimular el “pensamiento original” y la “imaginación constructiva” de los espectadores.

Una sala llena de inventos, un espectáculo de circo para toda la familia dirigido Gerardo Hochman, que además, contará con música en vivo creada por Omar Giammarco.

¿Cómo surge este cambio de propuesta?
Luego de realizar Buscando al amigo ideal, pensamos en cómo podemos seguir creciendo en el circo experimental para niños. Porque, en definitiva, queremos hacer algo nuevo y grande, arriesgarnos, crecer, expandir nuestras posibilidades y compartir con el público una experiencia única. Estábamos en ese proceso y un día vimos las ilustraciones y diseños de Rube Goldberg, y quedamos fascinados con el concepto de su obra, y finalmente, la tomamos como punto de partida. Así, comenzamos a crear, en una mesa chica que fue ampliándose a más de veinte personas, las que estamos gestando e inventando este nuevo mundo.

¿Cuál es el aporte de Hochman? ¿Cómo fue que él se sumara al proyecto?
Cuando nos dimos cuenta de la magnitud de este proyecto, coincidimos en que la obra debía ser dirigida por alguien que tuviera experiencia en puestas de formato grande de teatro y circo para toda la familia. Alguien que aportara poesía, dinamismo, inventiva y que potenciara las cualidades de Les Ivans. Un día, al llegar a nuestro espacio, ubicado en Villa Devoto nos miramos y al mismo tiempo dijimos las palabras mágicas: Gerardo Hochman. Lo más increíble es que en catorce años, nunca fuimos dirigidos y estamos teniendo una experiencia super nutritiva. Gerardo nos invita a jugar, a transitar coreografías acrobáticas y nos propone originales métodos de creación. Nos ayuda a seguir desenredando el ovillo de lana de la esencia de Les Ivans, aportando una visión contemporánea.

¿Qué le dirían al público con relación a la nueva propuesta?
Simplemente, que los invitamos a vivir una experiencia única. El Konex se convertirá en un gran laboratorio lúdico y experimental ideal para compartir en familia. La participación de ellos será fundamental para el desarrollo del espectáculo. Es más, les recomendamos que traigan el celular cargado y “pilas” para hacer experimentos. Además, esta nueva aventura circense será interpretada por cinco artistas en escena. Ignorabus caminando en las alturas, Sabelotodus jugando con asombrosos experimentos y clowns musicales con instrumentos inventados. También habrá novedosos péndulos lumínicos, pantallas interactivas, rodados excéntricos, las aventuras de Trompoboy y la construcción de una gran máquina de la creatividad entre todos.

¿Cómo esperan que reaccione el público ante este nuevo espectáculo?
Queremos que el público disfrute desde que llega a Ciudad Cultural Konex. Que se sorprendan, rían y se emocionen. Que sean parte activa de la máquina. Que los niños se vayan a su casa atraídos por el circo y los experimentos. Sabemos que nuestro mayor desafío es estimular la “creatividad colectiva” para que a través de la asociación de originales inventos y conceptos de la ciencia podamos ayudarnos a transitar la vida cotidiana más felizmente.